Un niño enfermo recibe la visita del abuelo, con quien no desea compartir su tiempo. Lleva consigo como regalo un libro muy especial que también leía a su padre. El niño, en un principio poco dispuesto a que le contasen una historia porque prefiere los videojuegos, manifiesta un rechazo inicial, pero esa reticencia va desapareciendo a medida que él abuelo avanza en la lectura y él se sumerge en la gran aventura.
Dos jóvenes granjeros que descubren el amor eterno se separan. Él se va en busca de fortuna para casarse con ella y, aunque promete volver, la joven le cree muerto a manos de un pirata que no dejaba viva a ninguna persona que se cruzase en su camino. La joven se hace la promesa de no amar nunca más y continúa con su vida, pero el príncipe Humperdick, siguiendo la tradición de casarse con una plebeya, la elige a ella por su belleza. El día de la presentación oficial al pueblo como la Princesa Prometida es secuestrada por tres malhechores. Pero un joven oculto tras una máscara negra va venciendo a cada uno de ellos para liberarla. Tras conseguirlo, ella escucha del enmascarado las palabras que siempre le repetía su amado: “como desees”. Entonces ella reconoce que es su enamorado, quien no está muerto. Pero para volver a estar juntos y no casarse con el príncipe deben superar numerosos obstáculos. Acabada la narración, el niño, fascinado por la historia, le pide a su abuelo que regrese al día siguiente para leerle de nuevo, obteniendo como respuesta "Como desees".
Un cuento de hadas capaz de seducir a todos los públicos, que se alinea con los filmes clásicos de aventuras de capa y espada pero barnizado con una ironía que convierte a sus protagonistas en antihéroes humanizados y cercanos. La película de Reiner atraviesa con gran facilidad las fronteras de lo real a lo imaginario, de la ficción a la fábula, a través de un guión chispeante e ingenioso, una adaptación cinematográfica artesanal y efectista, y una banda sonora cálida y cercana de la mano de Mark Knopler, líder de Dire Straits. Nos ha legado alguna de las frases más míticas del cine, como ""Sigues usando esa palabra. No creo que signifique lo que piensas que significa" o sobre todo "Hola. Mi nombre es Iñigo Montoya. Mataste a mi padre. Prepárate para morir"
Gracias a una propuesta imaginativa y rebosante de fantasía, consigue que el espectador se implique en la historia, que la haga suya, en una clara y eficaz ruptura de la cuarta pared.
Pese al escaso éxito tras su estreno, paulatinamente se ha ido convirtiendo en una película de culto, entrañable y nostálgica, en la que sobresale con fuerza el mensaje de que la lectura constituye un elementos esencial no sólo para la conformación intelectual del ser humano, sino como instrumento vital de disfrute y goce.